martes, 2 de octubre de 2012

N°4 - Cuéntanos tu historia con el mar

de Fundación Ballena Azul, el El miércoles, 26 de Septiembre de 2012 a la(s) 20:40 ·
Nuestro amigo Pancho Cavero, no se pudo perder la maravillosa experiencia con las ballenas jorobadas en el norte del Perú, pero la aventura le dejó un importante mensaje y una maravillosa misión.

EL AVISTAMIENTO DE BALLENAS
por Pancho Cavero

 

El año pasado tuve la oportunidad de viajar a Órganos. Una playa paradisiaca, con olas espectaculares, un sol increíble… Yo creía que lo había visto todo, pero nada como esto.
Me dieron el dato que ahí se podían ver ballenas. Al principio no lo creí, pero investigué y luego me convencí que era cierto. En el Perú si se hacen avistamientos de Ballenas y por supuesto yo tenía que ver ese espectáculo majestuoso.
Sin duda, un sueño hecho realidad. A unos metros del bote, pude ver ballenas machos saltar enamorando a las hembras. Pude escuchar a unos metros, el soplido poderoso cuando este gigante emerge a la superficie y espira por su espiráculo. Estos mamíferos miden una quincena de metros y pesan hasta 40 toneladas. Las ballenas ofrecieron un espectáculo inolvidable a mis ojos maravillados. Ciertamente una experiencia para toda la vida.
Estar cerca de las ballenas, fue la experiencia en donde tuve un mayor contacto con la naturaleza. Casi pude tocarlas. Incluso una ballena nadó por debajo de la embarcación con tal tranquilidad, que nos heló la sangre de solo pensar que con solo un coletazo podríamos salir fácilmente despedidos dentro de sus dominios. Pero solo buscaba a su cría y al encontrarla, fue simplemente fantástico verlas irse nadando juntas tan serenas.
También tuve la suerte de estar en el momento preciso donde un grupo de aproximadamente 600 delfines, entre adultos y crías, pasaron frente a nuestro bote jugando, saltando y lo más impresionante, dejándose observar completamente. Yo tenía la sensación de que ellos eran quienes nos seguían a nosotros, sin duda éramos nosotros los foráneos dentro de su hábitat.
Lamentablemente una experiencia tan rica de emociones positivas fue opacada por un hecho que me trajo nuevamente a tierra, que me hizo pensar que tanta belleza no puede ser sostenible si los seres humanos no trabajamos para mantenerla. Vimos una ballena con su cría, nadando sincronizadamente y aparentemente felices sin embargo, la madre tenía una red atracada en la aleta dorsal. Me dio mucha impotencia al ver esto, quise meterme para sacarle la red pero no me dejaron. Sin duda habría sido una imprudencia y muy peligroso ya que la madre no iba a permitir que me acercara.
Esa experiencia me enseñó que tenemos que concientizar y enseñarles a nuestros hijos que este mundo es tanto de nosotros como de ellos y que debemos cuidarlo. Si no nos ponemos de pie para lograrlo, nuestros hijos no van a poder disfrutar de la magia de estas maravillosas criaturas.
"Yo quiero que mi hijo también disfrute de este maravilloso espectáculo"



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